Divina tentación de llenarla con palabras....de escribir lo que sea. Maldita ilusión de creer que siempre será algo lindo.
A veces la casa se convierte en un reguero de hojas blancas (que ya no están en blanco) abandonadas al azar como inocentes amantes vírgenes que custodian pedacitos de mi alma
De repente, rompiendo el aire cual un trueno, la infaltable queja eterna se hace escuchar sin preámbulos:
"¡vos y tus hojas blancas!"
Entonces yo sonrío y comento en voz baja :
"¡yo y mis hojas blancas!....la más bella historia de amor que jamás existió"